Debate, lo que se llama debate, no hubo. Al senador de Polo Democrático, Camilo Romero lo dejaron hablar, pero nadie lo escuchó o a nadie le importó lo que dijo. Un ponente, Carlos Ramiro Chavarro, senador del Partido Conservador tan mal libreteado que el país entero se dio cuenta su completa ignorancia sobre el tema y un gobierno callado que ni siquiera pidió la palabra para dar las gracias.
Durante la discusión de la Ley Lleras2 no se escuchó la voz del Gobierno. Fue como si a los Ministros les hubieran prohibido hablar. Entonces nos quedamos sin saber qué piensa el Gobierno sobre los cambios al Código Penal, que según el Senador de La U, Armando Benedetti son ilegales. Tampoco supimos qué piensa de que las condenas por bajar contenido no autorizado de Internet terminen siendo más fuertes que, por ejemplo, las que acaban de aplicar a uno de los integrantes del llamado Cartel de la Contratación en Bogotá o al Clan Nule.
Nos quedamos sin que el Gobierno nos explicara sus propias contradicciones. Por la mañana, el Palacio de Nariño emitió un comunicado invitando a los ciudadanos a seguir las intervenciones del Presidente de la República desde computadores portátiles y teléfonos móviles, pero en la noche impulsó una Ley que se los impide porque la retransmisión de ese tipo de señales por Internet está prohibida. Esa platica se perdió.
Hace unos meses, el Gobierno logró la aprobación y presumió por ello, de aprobar la Ley de Habeas Data y anoche revocó su esencia al desmontar el derecho de los ciudadanos a mantener su privacidad cuando incumple compromisos.
Según el Senador, Antonio Guerra, quién presidió la sesión en ausencia del titular, Juan Manuel Corzo, los Ministros no hablaron porque “estaban en un todo de acuerdo” con el senador ponente. Si eso es verdad es una vergüenza que el Ministro de las Tic’s esté de acuerdo con decir que el Maestro Escalona, Facebook y EPM son la misma cosa. O que los derechos de autor, son iguales a los derechos de transmisión.
Me resisto a creer que los Ministros de Interior, Justicia y Comercio estén de acuerdo con el argumento estrella de del Senador ponente, Carlos Ramiro Chavarro según el cual había que aprobar esa Ley porque no se necesitaba ya que todo lo que le preocupa a la ciudadanía y a la comunidad de Internet está incluido en otras Leyes o Tratados Internacionales.
Hubiera sido interesante saber si el Gobierno compartía la tesis de Chavarro de acuerdo con la cual permitir a la TV privada emitir los programas de producción nacional entre gallos y medianoche va a generar más empleo y mejor pagado y que así se estimula la producción de contenido colombiano de calidad.
En fin. Tantas cosas de las que nos hubiera gustado conocer la postura del Gobierno. Pero no había tiempo para esas tonterías. Sobre todo cuando se tienen las mayorías. Y el gobierno las tuvo y las hizo valer sin asco. Sin exponerse al desgaste político que implica poner la cara para defender una de las Leyes más impopulares de los últimos años en Colombia.
¿Para qué tomarse el trabajo de escuchar a la gente y explicar la importancia de la Ley, si ahí estaban los idiotas útiles de Senado haciéndole la tarea?
La Ley Lleras 2.0 o la Ley Obama, como se empezó a llamar, está aprobada. El fin de semana, el Presidente la pondrá en vigencia frente al ilustre visitante. Lo que ninguno de los dos sabrá es si, en la próxima Cumbre, o cuando se vuelvan a ver, esa Ley seguirá vigente o habrá sido anulada por la Corte Constitucional.
De ocurrir lo segundo, al Presidente Barack Obama le habrán puesto conejo. Nada nuevo en realidad. Ya nos ocurrió a 9 millones de colombianos.
Comentarios
Publicar un comentario