Peter Manjarrés, vallenato bendito

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Del gordito tímido que se encerraba en el baño, por miedo a cantar en el escenario del internado donde estudiaba, no queda ni la sombra. Eso ocurrió en Villanueva (Guajira), cuando sólo tenía 10 años.
Hoy por hoy, Peter Manjarrés proyecta seguridad y confianza en sus presentaciones. No es el mismo de hace 5 años. Ahora tiene más cabello y ha bajado muchísimo de peso, luego del bypass gástrico que se practicó.

Llegó a Cartagena, y desde las 8 a.m. empezó un intenso recorrido de medios para promocionar su nueva producción Bendecido, la cual se lanzará oficialmente en la ciudad el próximo 26 de octubre, en el Club de Suboficiales, del barrio Crespo.
Ya el reloj marca las 5 de la tarde y Peter se ve algo agotado. Aún así, cuando ve la cámara, finge una sonrisa, que desaparece justo cuando se dispara el primer flash.
Pese a su notable cansancio, está listo para esta entrevista. El cantante habló sin ningún tapujo sobre su familia, en especial acerca de Imelda Romero, su madre, la mujer que se entregó en cuerpo y alma criándolo; y la única figura materna y paterna que conoció realmente.
También se refirió a su soltería, a las mujeres, a sus seguidores y a lo bendecido (tal como tituló su nueva producción)   que se siente con Dios y la vida por tantos éxitos en estos 13 años de trayectoria musical.

Agradecido con todo
—Vamos desde el principio: hábleme de su familia…
—Fui criado por mi mamá. Ella fue madre y padre para mí, junto con mi abuelita materna. Tengo una hermosa hija de cinco años. No soy casado, soy soltero.
—Cuénteme más a cerca de su hija Valery.
—Valery es cartagenera, porque su mamá es costeña, pero ella nació en Miami (Estados Unidos), lleva viviendo sólo 2 meses en Cartagena.
—¿Cómo le va con el rol de papá?
—Super bien. Soy el mejor papá del mundo. Me considero así. Amo a mi hija. Hablo con ella todos los días. La visito mucho también y es todo para mí. Tengo un hermano que también vive acá, mi único hermanito.
—¿Recuerda la primera vez que se subió a un escenario?
—Sí. Fue cuando  mi mamá me metió de 10 años a un internado en Villanueva (Guajira). Tú sabes que esa es la cuna del arcodeón, y que la mayoría de los músicos son de allá, como los Zuleta, Jorgito Celedón, etc.  Me escondí en un baño, porque me daba pena salir. Era muy curioso, porque a los 10 años era muy gordito y la gente me identificaba como el gordito que canta y me sacaron obligado del baño.
—¿En verdad, usted era tímido?
—He cambiado, gracias a Dios, pero yo era el papá de los tímidos. Cerraba mucho los ojos, y todavía lo hago. Cerrando los ojos me va bien, porque siento más la canción.
—¿Por qué le puso Bendecido a su nueva producción?
—Bendecido sale de darle gracias a Dios por todo lo que me ha ocurrido en estos 13 años de trayectoria musical, que fue una carrera ascendente; y en estos momentos, por el cariño que me tiene el público, los medios, por los premios, por todos esos discos vendidos y por darme una familia hermosa. Me siento afortunado en todos los aspectos de mi vida. No estoy buscando a Dios porque me esté pasando algo malo, es sólo una forma de agradecerle por todas estas bendiciones.
—¿Qué tiene de especial este álbum?
—Esta producción tiene algo especial —que lo dice el pueblo, no lo digo yo—  y es que es las más completa, sin demeritar las anteriores; es para todos los gustos, para todas las edades. Es un CD que, como va, puede ser el más vendido de mi vida, porque llevo, en menos de un mes, 20 mil copias. Se nota la madurez musical.
  —Cuándo no está cantando, ¿qué está haciendo?
—Soy un hombre muy casero. Me fascina viajar. Me fascina Cartagena, me vengo de incógnito para mi apartamento, que tiene una vista bien bonita para la bahía. No salgo, pero disfruto mucho de Cartagena.
—¿Qué piensa de la fama?
—La fama no va en mí. Yo nunca he creído en la fama. Me parece algo pasajero. Por eso no la tengo en cuenta. Tengo en cuenta hacer buena música y respeto a mis seguidores.
—¿Cómo conquista a una mujer?
—Con honestidad, sinceridad y detalles.
—¿Se vale de la música para enamorarlas?
—Sí, porque dedico canciones mías. He dedicado como 4 o 5 canciones (sonríe).
—¿Qué busca en una mujer?
—Me gusta que sea honesta, transparente. No me gustan las mentiras, no sólo miro el físico. Pero, ¿sabes qué es lo que más me gusta de una mujer? Que sea descomplicada. No me gusta una mujer complicada, me gusta una que tenga más viaje que yo, que me ponga a loquiá.
—¿Qué canción refleja su vida?
—Monedita de oro.
—¿Cómo le va con Sergio Luis, su acordeonero?
—Tenemos una relación muy bonita. Somos como hermanos. Soy padrino de su hija, de hecho está recién casado. Es una unión muy sólida.
—¿Qué canción lo hace reír cuando la interpreta?
—En estos momentos, La leona, porque me río de las mujeres cuando la canto, porque todas las mujeres llevan una leona por dentro, especialmente las cartageneras, que no se la dejan montar del novio o del esposo. Si el novio quiere llegar a las 7 de la mañana, ellas también quieren. Las mujeres me la piden. Me dicen: “cántame La leona, que esa soy yo”.
—¿Y llorar?
—Me da nostalgia El tropezón y Monedita de oro.
—¿Qué le da miedo?
—El fracaso y que la gente me deje de querer. Por eso soy muy honesto y cumplido con la gente.
—¿Qué lo hace muy feliz?
—Mi hija me hace muy feliz y cuando el público me escribe por twitter mensajes muy bonitos. Qué valoren lo que uno hace, eso me hace muy feliz.
—El mejor compositor vallenato es…
—Leandro Díaz. Cómo compone de bonito sin ver.
—El mejor arcordeonista…
—Emiliano Zuleta.
—Y la mejor voz…
—Poncho Zuleta.

Fuente: El Universal Cartagena

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